Dr. Carlos Riera-Kinkel

Cuando realizamos una cirugía cardiaca es preciso parar el corazón para entrar a las cavidades cardiacas con la menor cantidad de sangre, proteger el metabolismo cardiaco, garantizando la protección miocárdica cuando se le priva a este del oxígeno contenido en la sangre, y que llega al corazón  por medio de las arterias coronarias. 

  En los inicios de la cirugía cardiaca, Melrose en 1955[1] buscaba únicamente que el corazón se parara, mediante el uso de soluciones frías, con alto contenido de potasio, que evitan la excitabilidad del corazón, pero con las fibras relajadas, para que no exista consumo de energía.

  Hoy contamos con una mayor gama de productos, que se originaron de los conceptos de la preservación de órganos para trasplante de tejidos, con el objetivo de evitar la reducción de los pequeños paquetes de energía que utilizan todas las células llamadas ATP, que contienen el fósforo que concentra la energía. La solución de Bretschneider incorpora a la mitad del ciclo de Krebs (metabólico-energético) una materia prima llamada ketoglutarato, que evita la pérdida de la mitad de estos pequeños paquetes de energía, y que permite la recuperación de la función cardiaca[2], además de que no provoca el edema de los tejidos. Por otra parte, contiene  aminoácidos básicos, que funcionan como buffer (reducir la acidez), que se puede generar durante la isquemia (reducción de oxigeno).   

   Este es el mismo tipo de solución que utilizamos para los trasplantes cardiacos y las cirugías cuyo tiempo estimado sea largo. Acompañado por un medicamento que se llama manitol, que reduce el exceso de agua en los tejidos.


[1] Beatriz González Vergara. Aspectos generales de la protección miocárdica en cirugía cardiaca. Archivos de Cardiología de México. 2001; 71: Supl 1: pag S201-207.  https://www.medigraphic.com/pdfs/archi/ac-2001/acs011ap.pdf

[2] https://www.cardioteca.com/cirugia-cardiaca-blog/cirugia-cardiaca-miscelanea/2687-custodiol-una-buena-herramienta-para-la-proteccion-miocardica-en-cirugia-cardiaca.html

La cardioplejía puede administrarse por vía anterógrada (circulación normal) o por vía retrógrada, en donde se canula el seno coronario (donde llega la sangre pobremente oxigenada a la aurícula derecha).

Aplicación retrógrada y anterógrada[1]







 

La cardioplejía tiene un impacto muy positivo en el éxito de la cirugía cardiaca, razón por la cual la utilizamos de rutina en todas nuestras cirugías.